Capítulo 2: Amor cancelado

[Lola]

  — Oye ¡Qué bueno está ese remix de canciones para bodas que nos regalaste! — me dice mi padre tan solo entre a la cocina con un rostro de pocos amigos. 

  — Buenos días — digo y tomo una tasa para servirme café. 

  — Esa la de El Baño del hijo del Julio Iglesias está bien buena para bailarla — continúa y comienza a bailarla super feliz mientras la tararea. 

  “Vámonos pal baño que nadie nos está viendo si no me conoces nos vamos conociendo….” 

  — ¿Vas a querer hot cakes hijita? — interrumpe el canto. 

  — No, no tengo estómago para comida hoy — contesto y me siento en el comedor mientras reviso mi celular y leo todos los mensajes de los proveedores y de mi equipo ya que tengo una boda el fin de semana. 

  — Está buenos, anda cómete unos — me insiste y me deja el plato sobre la mesa y me da un tenedor. 

  Lo tomo, mi padre siempre trata de arreglar todo con comida, es chef, así que dice que todo es mejor cuando se disfruta la comida. 

  — Gracias — contesto y doy un bocado al hot cake — sabe raro — le digo. 

  — ¡Ah! Es que es harina de trigo, sin gluten y no sé que cosas más, ahora tu mamá anda con esto del vegetarianismo o algo así… — me explica. 

  — ¡Ah! — contesto. 

  Continuo leyendo mensajes hasta que me llega un mensaje de Gigi, mi florista de cabecera. 

  GIGI

  INSTAGRAM ¡Ya! 

  Abro la aplicación y no necesito buscar nada cuando inmediatamente veo a “Meh” y a su asistente en un video caminando tomados de la mano, no sé si les dije que “Meh” es algo así como un influencer de las redes sociales, así que es bastante conocido. 

  —Mierda — murmuro y de nuevo el hambre se me va. 

  — ¿Qué pasa? ¿Es la harina de no gluten? — me pregunto mi padre y luego al acercarse ve mi celular y mueve la cabeza de lado a lado — no sé qué decirte Lola, se veía tan buen chico — me comenta. 

  — Es buen hombre, sólo que… bueno, si ya es feliz ¡Quién soy yo para juzgar! — le respondo y cierro la aplicación para seguir viendo los correos. 

  — ¡Ay mijita! Es que la verdad si eres medio salada, yo a tu madre la encontré a la primera, y ya llevamos un buen de años de matrimonio.

  — Sí lo sé, fue amor a primera vista, pero en estos tiempos ya no es así — le contesto segura y trato de comer otro pedazo de Hot Cake que me sabe peor que nada. 

  Mi madre entra por la puerta y al verme me sonríe como si no pasara nada. Mi madre siempre es positiva, siempre, el mundo puede estar terminando y ella siempre encontrará algo positivo a la extinción de la raza humana. Estar a su lado con mi depresión y negatividad me hace sentir pésima persona. 

  — ¡Ay mija! Pues tómalo como una lección que aprender.

  — ¿Cómo qué lección podría tomar de esto? — le respondo. 

  — “Un novio menos una amiga más” — recita y yo la veo a los ojos. 

  «¿Desde cuándo mis padres escuchan Danna Paola?» pienso para mis adentros y luego dejo el celular sobre la mesa al ver que ambos me ven directo a los ojos. 

  — Venga, díganme lo que me tienen que decir.

  Ellos se ven y luego me ven a mi — nada ¿qué te podemos decir? — comenta mi papá — ya tienes 28 años Lola, ya lo que te pase es tu responsabilidad. Con el tal Javier eras más chava, pero ahora, digo…. Esta vez no fue tu culpa, no es que tú lo hayas hecho gay, él ya lo era.

  — Papá — digo. 

  — Tu padre tiene razón Lola, digo, qué ma que pasó y así pero, ya estás grandecita para eso y no podremos decirte más, qué quieres que te digamos ¿qué te regañemos? — comenta y sí, tienen razón ¿qué podrían reclamarme?

  — Sé que piensan que soy un desastre en esto de las relaciones, pero no me juzguen ¿saben lo difícil que es encontrar a alguien estos días? ¿Entre Tinder y Grinder y todo eso? — les digo y ellos alzan los hombros. 

  — Sólo queremos que encuentras a alguien bueno mija, pero es que también te has vuelvo medio amargadita — dice mi padre con una voz entre ternura y tiento que me cae en la punta del hígado. 

  — ¿Qué? ¿Amargada? — pregunto. 

  — Sí, como que siempre traes esa aura, no sé… de pesadumbre y de mala vibra… te haré una limpia con cristales para absorberla— comenta mi madre. 

  Me pongo de pie de inmediato — ¿Amargada? ¡Ja! O sea, me engañan como dos veces y el hombre que pensé era el de mi vida salió del closet diciendo que salía con su asistente y yo soy amargada ¡amargada! — grito y ellos me ven con lástima. 

  — Eso hija ¡Sácalo! ¡Saca esa mala vibra! — dice mi madre moviendo las manos como si estuviera purificando su cuerpo — necesitas una alineación de chakras.

  — ¡No! — digo entre confundida y molesta — No necesito una alineación de Chakras, necesito que… — y de pronto no sé lo que necesito — bueno… — digo — si creen que esta tan fácil encontrar el amor.. ¿por qué no me buscan ustedes un novio? — les comento. 

  — ¡En serio! — dice mi madre feliz — ¡Sería un verdadero honor! — y su respuesta me confunde. 

  — ¿Qué?

  — Sí, tenemos varios candidatos… ¡Ay Miguelito! El que es cirujano — le dice a mi padre y él asiente. 

  — O Martincito, ese me cae bien — continúa. 

  — ¿Cómo? ¿Cómo? ¿Qué? — pregunto. 

  — Sí, te ayudaremos a encontrar al amor de tu vida, nosotros tenemos una hermosa historia de amor ¿no? Así que de eso sabemos ¡Ay ya me vi! Te tengo tantas candidatos Lola que de verdad no sabrás cuál escoger ¡debo hacer llamadas! — y sale de la cocina feliz. 

  Mi padre me ve y se acerca para darme un abrazo. Debo admitir que los abrazos de mi padre me reinician por completo pero ahora me hacen sentir como niña pequeña de nuevo y con unas ganas de llorar terribles — eres buena mujer Lola — me murmura — sólo que pues… el amor es difícil y pues.. a ti te toca siempre doble.

  Las palabras de consuelo de mi padre no siempre son las mejores pero al menos trata de dejarme llorar o hacer algo que me plazca, no como mi madre que siempre debe darle la vuelta y volverlo algo positivo. 

  — ¿Crees que estoy salada? — comento. 

  — No mija, no salda, salada, pero pues, lo tuyo tal vez no es el amor.

  Me alejo de él y lo veo — ¿Gracias? — le pregunto porque no sé qué decirle después de tan emotivas palabras. 

  — De nada — contesta — pero no te preocupes, sé que tu mamá te conseguirá una buena cita y que será en bueno.

  — La verdad ya no me importa si es el bueno o el malo… ya no me importa nada, sólo me concentraré en mi carrera, y en la que tenga que hacer. El amor quedó cancelado para Lola Santiago — digo firme y mi padre me vuelve a abrazar. 

  — ¡Ay mija! Verás que todo saldrá bien… eres guapa, inteligente, con carisma y trabajadora. Encontrarás al bueno.

  Pero yo ya no lo quiero encontrar y es verdad lo que le dije a mi padre, el amor para Lola Santiago termina aquí, termina hoy y no me importa cuántas citas.

2 Responses

  1. Algo tan chusco y cierto… Los papás no siempre dicen lo adecuado para el momento, y algunas veces nos quitan la intención de expresar lo que realmente sentimos… Pero cuando son tan cool como los papás de Lola todo se les perdona

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