PARTE II: CAPÍTULO 54 – Aclarando los roles


Antonio 

Días después. 

Desde que Lila y yo hablamos, todo quedó en paz. Ya no había rabia, no había gritos, ni reclamos. Solo ella y yo hablando sobre el bebé, sobre lo que esperamos de ella y lo que sigue en nuestra vida.

Ahora seremos padres, lo que conlleva muchas responsabilidades, tanto de parte de Lila como de la mía, y, al no poder estar a su lado, debo cambiar planes, realizar una nueva rutina y estar lo más presente posible; obviamente siguiendo también los deseos de Lila.

Ambos acordamos que tomaremos decisiones juntos con respecto a nuestro hijo o hija, no importa el tema que sea. Ella se comprometió a decirme día a día todo lo que pasa en el embarazo y yo a estar en cada ultrasonido que deba hacerse, así como los preparativos para el nacimiento; evidentemente, ese día estaré ahí.

También, respetaré su decisión de que viva en México, por lo que podré visitar al bebé cuando se me plazca y los días que quiera. Podré llevarla de vacaciones cuando esté más grande, y asistir a todos los eventos que lo involucren, incluyendo Navidades, festivales, fiestas y recitales.

Menita, como ya le decimos, sabrá que yo soy su padre, y Lila me juró que jamás me la negará, y que la niña es mía, solo mía, y que soy su padre.

Esa promesa entre Lila y yo es la base de la confianza que estamos construyendo para el futuro. Ser parte activa en la vida de Menita es mi compromiso, y estaré presente en cada etapa de su crecimiento, desde sus primeros pasos hasta sus logros más grandes. La conexión entre padre e hija será sólida, basada en el amor y el respeto mutuo.

Lila y yo estamos decididos a criar a Menita en un ambiente lleno de amor, comprensión y apoyo. La comunicación abierta y honesta será la clave para superar cualquier desafío que se presente.

Saber que nuestra hija crecerá sintiendo el amor de ambos padres, aunque estemos separados físicamente, es reconfortante. La promesa de Lila y la mía de trabajar juntos por el bienestar de nuestra hija nos brinda la seguridad de que, a pesar de las circunstancias, Menita tendrá una infancia llena de cariño y alegría.

⎯Solo tengo una pregunta, ¿qué pasará con tu mujer? ⎯me pregunta Lila, mientras la veo cocer un vestido. 

Admito que su pregunta ha alterado un poco mi tranquilidad, sobre todo cuando estaba hipnotizado viéndole cocer. 

⎯Ella no dirá nada, al contrario, se alegrará. 

⎯¿Crees? ⎯pregunta, alzando la vista. 

⎯Ella es diferente, Lila. Por eso la escogí. No es como Atenea o como Cassandra. 

⎯No te creo. 

⎯Debes creerme. Ella también es víctima de los Karagiannis. Es una mujer muy buena, honesta e inteligente. Tiene una alegría que contagia y ha sido un gran apoyo desde que estamos juntos. Nuestro matrimonio ha tenido bastantes momentos de tensión y desgracia, pero juntos los hemos superado.

⎯Suena a que llevas una buena relación con ella. Tal vez no deberías abandonarla tanto. 

⎯No la abandoné, solo… ⎯De pronto me siento algo culpable porque si fue así⎯ ¿Puede ella conocer a Menita? 

⎯No lo sé. Primero tendré que cnocerla antes de tomar esa decisión. 

⎯¿No confías en mi palabra? 

⎯Primero dile que serás padre y, después, veremos si ella quiere conocerla. 

En ese instante la puerta del piso se abre, y Pablo entra con una maleta y varias bolsas en las manos. 

⎯Pablo ⎯menciona Lila, con un tono de alegría, para después ponerse de pie y caminar hacia él. 

Él me ve a los ojos y después baja la mirada para ver a Lila y recibir un beso en los labios de su parte. 

⎯Traje algunas cosas que te envió tu madre, y me dijeron que estarán aquí la próxima semana. 

⎯Gracias ⎯responde. Para después darle un abrazo⎯. Sé lo que hiciste y lo agradezco. Ahora estoy mejor. 

⎯Lo sé. 

Aclaro mi garganta, tratando de detener la escena porque mis celos están en un nivel que me quema por dentro. Sin embargo, debo entender que ese ya no es mi lugar y que Lila tiene derecho a rehacer su vida, así como yo ahora tengo la mía al lado de Théa. 

⎯Antonio, me alegra que todo esté bien ⎯habla Pablo. 

⎯¿Estás siendo sincero? ⎯respondo, en un tono de amargura que en verdad me puede. 

Pablo sonríe. 

⎯Lo soy ⎯ contesta.

⎯¿Te parece si vamos a cenar al restaurante al lado del zócalo?, tengo antojo de unas flautas de requesón ⎯comenta, Lila. 

⎯¿Así que ya empezaron los antojos? ⎯pregunta, con una sonrisa. 

⎯Sí, creo que al fin las náuseas se han ido. Voy a dejar esto a la habitación y salgo. Antonio ya se va, debe regresar a Madrid. 

Pablo asiente con la cabeza. Lila toma las bolsas y camina hacia la habitación, dejándonos solos. El silencio entre los dos es tenso, se puede cortar con un cuchillo. Sin embargo, creo que ambos tendremos que hacer un gran esfuerzo por evitar tener momentos así, sobre todo porque vamos a convivir bastante. 

 ⎯Espero que hayas arreglado las cosas con Lila. 

⎯Por ahora… Aunque te confieso que este no era el final que yo esperaba. 

⎯Al menos tienes uno y no sigues preguntándote dónde está. 

⎯¿Tuviste miedo que Lila corriera a mis brazos y te olvidara? ⎯inquiero, y Pablo sonríe. 

⎯Mi relación con Lila es diferente. Es transparente, honesta, y comunicativa. No hay secretos. 

⎯¿Estás insinuando algo?

⎯Solo digo lo que es… si a ti te ofendió, no es mi culpa ⎯responde Pablo, para después dejar la maleta sobre una silla, al lado de la puerta, y se quita el abrigo⎯. Me alegra que hayas aprovechado la oportunidad. 

Suspiro. No tengo nada más que decir, al menos no por ahora. Veo como Pablo camina hacia la cocina, toma un vaso de vidrio y se sirve agua. 

⎯Lila me dijo que están remodelando este lugar. 

⎯Así es. Queremos que esté listo antes de que llegue Menita. Se llevará una respuesta. 

⎯Me gustaría ayudarte. 

⎯Gracias, pero creo que podemos solos… 

⎯Al menos con dinero. 

⎯Este es nuestro proyecto, Antonio. Puedes tener otro con ella, aunque procrear y criar una hija, es uno bastante grande. 

Respiro. Yo quiero construir un hogar para Lila, pero al parecer, ese puesto está ocupado. Supongo que tendré que ver en qué otra cosa puedo apoyarla, además del otro proyecto que tenemos juntos, Menita. 

Podría decir que estoy feliz de ser yo el padre del hijo que lleva Lila en su vientre y echárselo en cara a Pablo, pero mis decisiones me han llevado por un camino que me ha alejado físicamente de ella, y Pablo, él comparte su lecho… si esto crece, posiblemente compartirán más que un hogar. 

Veo la hora en mi reloj, y sé que es hora de irme.

⎯Tengo que irme, pero, regresaré la próxima semana al ultrasonido. Eso acordé con Lila. Y estaré viniendo una vez al mes para estar con ellas. Me dijo que viajas a Madrid una semana al mes, así que yo vendré para estar con ella y no dejarla sola en tu ausencia. 

⎯Muy bien, me alegro.

⎯Mientras tanto, te pido que cuides de Lila ⎯le digo a Pablo. 

⎯Claro que lo haré. 

⎯Y que cualquier cosa que suceda, me la comuniques. 

Pablo sonríe y encoge los hombros. 

⎯Si Lila, quiere que te la comunique, lo haré. 

Levanto la ceja, al no entender su respuesta. 

⎯¿Qué quieres decir con eso? 

⎯Que Lila es la que toma decisiones sobre su embarazo, y sobre su bebé. Si ella me pide que te lo diga, lo haré. 

⎯Espera, ¿me estás diciendo qué…? 

⎯Soy pareja de Lila, no el encargado que dejas para cuidarla, ni su guardián; soy la persona que está ahora con ella. Las decisiones que Lila y tú tomen con respecto al bebé son suyas y de nadie más. Ni siquiera yo tengo derecho a meterme. Pero las decisiones que se tomen entre los dos son de pareja y, por ende, no te conciernen. Quiero que te grabes eso, Antonio. Quiero que aceptes que soy quien está con Lila ahora, y mi lealtad y fidelidad se deben a ella y a nadie más. Claro que la cuidaré, pero lo hago porque la quiero, porque quiero al bebé también, pero no soy tu empleado que dejas en esta casa mientras te vas.

La respuesta que me ha dado ha sido tan contundente que me sorprende. Jamás me habían hablado así y siento como si me hubiesen puesto en mi lugar, y no me gusta donde me encuentro parado. 

⎯Pensé que éramos amigos. 

⎯Amigos, aún no, pero sí aliados y estamos en esto juntos por el bien de Lila y el bebé. Pero, te repito, no soy su guardián, soy su pareja. 

⎯Lo entiendo… 

Pablo suspira. 

⎯Antonio, no lo tomes personal. Si Lila está en peligro o tu bebé, te enterarás, te lo juro. Porque quiero a tu bebé, ya que quiero a su madre. Pero tú eres el padre, y jamás tendrás un reclamo o competencia de mi parte. Sin embargo, esa es la única relación que tienes con Lila, y espero que recuerdes tu lugar. En este instante, así como yo siempre recordaré tu lugar en la vida de Lila y del bebé, tú recuerda que nuestras vidas están entrelazadas, pero cada uno tiene su propio espacio y responsabilidades. No trato de competir contigo, solo quiero ser parte de la vida de Lila y el bebé de la mejor manera posible.

Me quedo en silencio, Pablo me ha callado, y en cierta manera me agrada su actitud. Es un hombre con principios, valores y sobre todo, pensante. Sé que mi hija estará bien con él. Sin embargo, me arde por dentro, que tenga justo esas cualidades, porque quiere decir, que mi hija pudo haber tenido una vida más tranquila y estable si yo hubiera sido una mejor persona.

 Pablo representa todo lo que yo no fui. Aunque agradezco que Lila tenga a alguien como él a su lado, no puedo evitar sentir un dolor profundo al reconocer mis propias fallas como hombre.

Su mirada me atraviesa, como si pudiera leer todos mis errores en mis ojos. Me doy cuenta de que, a pesar de sus virtudes, también debe percibir mi decepción y remordimiento. Este silencio se vuelve pesado, cargado de una mezcla de emociones difíciles de expresar con palabras.

Me siento impotente y a la vez agradecido. Impotente por no haber sido el hombre que Lila merecía y agradecido porque, a pesar de mis errores, alguien como Pablo ha entrado en su vida. En este momento, solo me queda aceptar mi responsabilidad y desear que, con el tiempo, pueda redimirme de alguna manera.

Aun así, trato de dar un último ataque. 

⎯Recuerda, que podrá estar contigo, pero, posiblemente, esté pensando en mí. El amor que Lila y yo nos tenemos fue grande y ha quedado materializado. Yo no me sentiría tan seguro… Pablo. 

Él suspira. 

⎯Estoy seguro de que eso sucede, no tengo dudas, Antonio. Es normal. Han compartido mucho tiempo juntos y ahora están a punto de convertirse en padres. Sin embargo, los pensamientos son extremadamente volátiles y cambian constantemente. Permíteme recordarte que yo estoy aquí, a su lado. Ella se despierta y lo primero que ve es mi presencia. La constancia tiene más poder que los pensamientos. Así que, un día, despertará y ya no pensará en ti. Lo importante es el presente, Antonio y el compromiso que ahora tienes con Lila y con Menita. Te recomiendo que no te preocupes tanto por eso y mejor te concentres en lo que están construyendo juntos; la vida de tu hija. 

Lila sale de la habitación tan solo Pablo termina su discurso. Se ha puesto unos jeans pre-mamá y una blusa de color lila que la hace brillar. 

⎯Mi madre me mandó ropa de embarazo, al parecer, mi prima Sabina jamás la regaló, me envió parte a mí y la otra parte a Alegra. Me siento feliz, moría por vestir pantalones. 

⎯Me alegra… ⎯responde Pablo. 

⎯¿Nos vamos? ⎯pregunta, viéndolo a los ojos. 

⎯Yo me despido, el auto está abajo. 

Voy hacia Lila y le doy un abrazo fuerte. 

⎯Estaré al pendiente, cualquier cosa me avisas, ¿vale? Nos vemos la próxima semana. 

⎯Si, no te preocupes. 

Pongo la mano sobre su vientre, esperando a que el bebé se mueva, pero, es muy pronto. Aun así, me quedo unos instantes disfrutándo de la sensación. 

⎯Nos vemos, hija ⎯murmuro. 

Volteo y mi mirada se cruza con la de Pablo. Lo veo tan tranquilo que me obliga a tranquilizarme. 

⎯Tienes razón, en todo lo que dijiste. Espero que nos llevemos bien. 

Pablo asiente. 

⎯Lo haremos, ya te dije, estamos juntos en esto… 

Miro por última vez el colorido piso donde me reuní con Lila y cierro la puerta detrás de mí. Camino escaleras abajo, llevándome una mezcla de emociones. No solo dejo atrás el escenario de mi momento más feliz, sino que Lila me ha mostrado que ha seguido adelante.

Mientras avanzo, la incertidumbre se apodera de mis pensamientos. ¿Lila aún me ama? ¿Habrá un lugar para mí en su futuro? Estas preguntas resuenan en mi mente como un eco constante. Asimismo, aunque sé que también debo continuar, el deseo de volver a estar a su lado persiste, como una llama que se niega a apagarse.

16 Responses

  1. Creo que lo que le dice Pablo es lo más cierto y aunque le duela Antonio sin consecuencias de lo qué pasó y por ahora queda concentrarse en Menita y ya luego ver como se da lo demás

  2. Es muy fuerte ver que la persona que amas esta con otro. Porq el matrimonio de Antonio fue solo negocio, el se llevo a Thea ppr rebeldia y ya no tienen vida de pareja como tal. Pero ahora ver a Lila en plan de novios y viven juntos ademas uffff eso golpea fea. Perooooo Pablo le esta dando a Antonio una catedra de madurez, lealtad y amor, que tiene que aprender esta vez la leccion. Y solo queda seguir. El es victima de sus propias decisiones, nada que hacer. Al menos Lila lo va a dejar estar con su hija, pero eso si no creo que Antonio se rinda y espero que tampoco lo haga jajajaja que siga luchando por ella. ❤️❤️❤️❤️❤️

  3. Sigo siendo team Pablo, espero que Antonio encuentre en thea a esa persona que lila encontró en Pablo y que ya no la descuide tanto o se va a quedar solo

  4. Pablo es muy maduro, piensa antes de hablar y lo deja que sus emociones le ganen. Me encanta como le dió el lugar a Antonio, el lugar que en este momento tiene. Sin peleas, rencores ni egoísmo.

    Pero me duele Antonio, me duele que esté pasando eso por más que son consecuencias de sus actos 🥺

  5. Pablo le habla con toda la verdad a Antonio y eso lo hace ver cuánto se equivocó, lo importante es que ahora tome mejores decisiones y pueda estar siempre para Lila y su hija… ❤️❤️❤️

  6. Literal sin palabras, tanta verdad en las palabras de Pablo, es duro para Antonio pero así es la vida, el tomo.sus decisiones ahora está recogiendo lo que cosechó, no es justo para los dos, pero es lo que hay.

  7. Aaaahhhhh que novelon, está familia siempre nos da algo extraordinario, Pablo y Antonio parecidos pero muy muy diferentes, menita está rodeada de mucho amor

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